Cuando nos ponemos a organizar nuestra boda, una de las cosas que muchas veces se deja fuera (normalmente por falta de presupuesto) es el vídeo de ese día. Toda la vida se ha hablado de que no puede faltar un fotógrafo en tu boda (estamos totalmente de acuerdo) pero contratar un videógrafo es algo que no todas las parejas hacen y es un error. Yo digo un SÍ rotundo a tener uno ese día.
Fui la primera que, cuando me puse a hacer números, dije "nada de vídeo, no puedo pagarlo". ¡Pero menos mal que recapacité! Sino ahora no tendríamos este maravilloso recuerdo de nuestro gran día. Cuando empecé a buscar fotógrafo y encontré uno increíble le pregunté por el tema vídeo, si conocía a alguien... y creo que ha sido el mejor consejo que me han dado nunca. Alberto Sagrado, nuestro fotógrafo, nos recomendó a Alberto, de Tu Día Studio, un maravilloso "contador de historias". Porque él no hace vídeos, él cuenta historias. Tu historia. Vuestra historia.
Cuando nos entrevistamos con él y nos enseñó el último vídeo de bodas que había hecho...¡lloramos! Y lo tuvimos claro. Si te emocionas con el vídeo de una pareja a la que ni siquiera conoces, ¿qué pasará cuando tengas el tuyo? El precio, para que os hagáis una idea, fue de 1170€ incluyendo dos cámaras que cubrieron mi casa, la casa del novio, la ceremonia, el cóctel, el banquete y la fiesta (porque se quedaron hasta las mil...). Se nos iba bastante de presupuesto (habíamos fijado 750€) pero os aseguro que habríamos pagado por su trabajo 1500€ si nos lo hubiese pedido...
Le contamos a Alberto cómo sería nuestra boda, el estilo y que todo estaría hecho a mano por nosotros mismos, y quiso que eso se reflejara en el vídeo. Por eso nos propuso, unos meses antes de la boda, venir a nuestra casa a grabarnos mientras hacíamos las manualidades y, de paso, hacernos una pequeña entrevista con la que documentar nuestro vídeo de bodas. Creo que el haber querido trabajar toda una tarde más para que su trabajo final fuese lo mejor posible le hace aún más grande.
Atrás quedaron (por suerte) los vídeos lineales que se basaban en superponer imágenes o tramos de vídeo con una música ñoña de fondo (puede que por culpa de estos vídeos muchas parejas decidan no contratarlo, pero chicos ¡hay otro tipo de vídeos!). Ahora están "naciendo" los vídeos documentales, como yo les llamo. Un vídeo que muestra de verdad cómo somos como pareja, lo guapos que íbamos ese día, lo que nos emocionamos todos y lo bien que lo pasamos.
Es estupendo tener ese recuerdo para siempre. Si el videógrafo es bueno os aseguro que, viendo el vídeo, volveréis a sentir lo mismo que sentisteis ese día. A mí me ha pasado. Ayer recogimos por fin nuestro vídeo de boda. Nos ofrecieron verlo con ellos en su oficina pero dijimos que no, queríamos disfrutarlo en nuestra casa, solos, abrazados en el sofá, y poder llorar con tranquilidad. ¡Y vaya si lo hicimos! El día de mi boda estaba muy muy nerviosa cuando caminaba hacia el altar y os prometo que ayer, viendo el vídeo, tuve de nuevo ese nudo en el estómago. ¡Eso no lo consigue cualquiera!
Os dejo aquí el vídeo de nuestra boda (perdonad la calidad del vídeo, pero el original pesaba demasiado...) ¡Espero que os guste! Que Alberto y Alberto (sí, el otro cámara también se llamaba Alberto, al igual que nuestro fotógrafo...) estuviesen con nosotros ese día fue sin duda una de las mejores decisiones que tomamos en nuestra boda. Ni siquiera les vimos... y eso es lo que les hace tan grandes. Si sois tímidos, no os preocupéis. Profesionales como ellos harán que te encuentres tan cómodo que ni siquiera aprecies que están a tu alrededor. Captarán todo, estarán siempre donde tú estés...pero no les verás. Y eso es maravilloso.
¡Desde aquí os animo a contratar un videógrafo para vuestro gran día! ¡Y que compartáis el resultado conmigo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos tu comentario: